Sobre esto concreto, las altas esferas no es que quieran mermar las capacidades cognitivas. Pero quieren ganar dinero con sus productos, y si uno de los efectos de sus productos es que hacen daño o contaminan, entonces lo tapan o minimizan.
En realidad no creo tal cosa, ¿eh? En las tres frases que desarrollan la idea he usado dos veces el verbo en forma potencial. El problema es que en la otra restante, que además es la que abre el párrafo, he usado el indicativo, de ahí la confusión. Pero en principio no lo creo --lo he planteado como un ejercicio de pensamiento más que otra cosa.
Cuando lo del tabaco, la industria tabacalera tenía 800 o 900 estudios y sabian perfectamente que era letal. Y si, lo ocultaron claro. Y si, hay otorrinolaringologos que fueron a los tribunales a tapar esto aun sabiendo que era falso todo. Se ocultan y se minimizan los efectos secundarios de las intervenciones médicas igualmente a día de hoy (publication bias, reporting bias, cuando no inventarse los datos directamente).
En concreto lo del tabaco me interesa, si me puedes recomendar dónde leer al respecto te lo agradecería. (Por cierto, que en el caso del tabaco la ingeniería social no puede descartarse, como muestra el documental "El siglo del yo" de Adam Curtis).
Quiero dejar claro que no estoy eximiendo a nadie de "culpa" ni de "responsabilidad", pero a la vez encuentro contraproducente centrarse exclusivamente a ese nivel, pues nos quedamos en un nivel de pensamiento centrado en la agencia humana, cuando el problema puede ser más profundo e ir más allá de ésta. Pongamos por ejemplo el tema de la lateralidad de los hemisferios cerebrales. Está claro que a nivel popular la cosa se simplifica y se malinterpreta --pasa con todo-- pero personalmente pienso que es un modelo que puede tener cierta validez (ver, por ejemplo, "The master and his Emissary").
VS.Ramachandran tiene un estudio por ahí en el que asocia el hiperfuncionamiento del hemisferio izquierdo con mayor propensión al autoengaño. Si damos esto como válido, estamos hablando de que nuestras actividades analíticas a la hora de hacer ciencia, o crítica de la ciencia --nuestro estado mental-- nos predisponen al autoengaño. Esto nos pone en una situación, a mi juicio, más ambigua: por un lado necesitamos de esas capacidades analíticas, pero a la vez pueden cegarnos. ¿De quién es "la culpa"? En ese sentido, el escenario pasa a parecerse más al que experimenta Mickey Mouse en "El aprendiz de brujo" que una confabulación.
Lo cual, repito, no quiere decir que yo no crea que existen confabulaciones. Pero creo que este otro punto de vista es necesario porque provee de otra perspectiva más amplia --o al menos eso me gusta pensar a mí.
En otras palabras: ¿culpamos a la Coca-Cola por diseñar su brebaje para que sea cada vez más adictivo y así maximizar sus beneficios o contemplamos, como dicen los de la medicina evolutiva, que esta adicción es de hecho un mecanismo de supervivencia necesario en el paleolitico que se ha vuelto maladaptativo con la aparición de la agricultura? Personalmente creo que son ambas cosas a la vez, que seguramente habrán otras variables que no conocemos y que yo no sabría dónde poner exactamente la línea que separa lo que es la agencia consciente de la deriva inconsciente.
Contestando a pako: no me importa que nadie me contradiga, posteo en este foro y en otros para ello (poner a prueba mis argumentos, pensamientos...). Que me parezcan paupérrimos unos argumentos u otros no es prueba de nada xD. Es una opinión mía. Por ejemplo, para contraargumentos lo de que los fármacos crean estados crónicos alterados a nivel biológico dice que "también se pueden crear naturalmente" (estrés no resuelto). ¿Y eso falsea la sentencia de Peter donde señala que un fármaco puede cronificar el estado que supuestamente intenta compensar por una (supuesta) descompensación neurofisiológica? La respuesta es no.
Bueno, era para hacer un disclousure de conflicto de intereses; como eres de los pocos que me haces caso en Internet te considero un pilar importante en mi carrera hacia la fama y la influencia social xD (otro disclousure: Pablo Malo también me retwitea a veces cosillas acupunctura-friendly -- también es un asset a proteger xD).
Hablando más en serio ahora: no veo por ninguna parte, en ninguno de los dos posts que ha escrito Malo, el hilo argumentativo que describes.
Tal y como lo leo yo, Goetzsche dice que «no hay desequilibrio químico en su inicio y al tratar las enfermedades mentales con medicamentos creamos el desequilibrio químico, una condición artificial que el cerebro trata de contrarrestar». Esto es lo que rebate Malo con el ejemplo del estrés crónico: evidentemente cuando la persona experimenta estrés hay una alteración bioquímica de su cuerpo. Malo es bastante explícito criticando el dualismo de la premisa de Goetzsche.
Luego saca a colación a la Moncrieff, que dice que los resultados de los antidepresivos son el resultado de una carambola farmacológica, y de hecho Malo le da la razón. Pero que claro, a nivel de clínica hay otras cosas que se resuelven con carambolas farmacológicas también: y funcionan. Yo no tengo una práctica clínica con personas con alteraciones mentales, pero vamos, lo veo en mi entorno. A mi primo lo hinchan a derivados de las anfetaminas porque saca buenas notas con ellas. Claro que hay una serie de efectos secundarios que se esconden para maximizar beneficios, una sumisión al orden social de fondo, etcétera. Pero puedo comprender la dimensión pragmática del asunto. Es un asunto espinoso.
Otra cosa es que la descompensación fisiológica que (desencadena / es desencadenada por) un suceso estresante --y estoy con Malo aquí: no es para nada supuesta, porque existe de facto en el cuerpo-- sea conocida o no, o se corresponda con una etiqueta diagnóstica abstracta que describe un comportamiento y que se usa como herramienta descriptiva por consenso social.
Y ahí llegamos a las derivas culturales inconscientes de las que hablaba antes; estoy seguro de que si la población supiese realmente lo cogido con pinzas que está el conocimiento científico, el orígen más que truculento del mismo, las contradicciones implícitas de ese modo de conocimiento, las manipulaciones a las que se somete, etcétera, se lo pensaría más de dos y tres veces a la hora de confiar en la psiquiatría. O igual no, porque como así de buenas a primeras la cosa parece que funciona, pues patada y palante. El de la complejidad y la incertidumbre no es un discurso que goce de demasiada popularidad, me temo, y al personal le da pereza ponerse a pensar cosas raras y a cambiar de hábitos.
La banalidad del mal de nuevo: pero claro, lo mismo que en el caso de la Coca-Cola. ¿Es culpa de "la naturaleza humana" y de que la peña seamos, así por lo general, cateta e indolente, o podría ser que el humano no está adaptado evolutivamente para pensar a largo plazo, como señalan algunos evolucionistas?
un saludo